CÓRDOBA.– A días de que comience el movimiento turístico más fuerte, los empresarios hoteleros y gastronómicos de las sierras de Córdoba son optimistas, pero cautos. La sombra de las playas brasileñas los sobrevuela de la misma manera que a otros destinos de la Argentina. Con la devaluación del real se abarata una opción con la que compiten por los viajeros de clase media. En las primeras semanas de enero, el alojamiento para dos personas por día cuesta, en promedio, entre $120.000 y $160.000 en un establecimiento de tres estrellas.
Desde la administración provincial también hacen una apuesta a atraer más visitantes: a fines de septiembre, presentó la campaña con foco en las “experiencias” que se pueden concretar en las sierras –desde astroturismo a caminatas y escalada– y en los festivales y espectáculos que habrá durante el verano. Todos los valles tienen propuestas de ese tipo para enero y febrero, más allá de los tradicionales de Doma y Folklore de Jesús María, de Folklore de Cosquín y el Cosquín Rock.
Todas las fuentes consultadas por LA NACION subrayaron que los precios tanto en hotelería como en gastronomía aumentaron “por debajo de la inflación acumulada” (de enero a noviembre es de 107% según el Indec). Este diario hizo el ejercicio en las plataformas líderes de turismo y, para los mismos alojamientos y en las mismas fechas que en enero de este año, las diferencias van entre 90% y 140%. Un factor clave es que los costos sufrieron una presión extra por el incremento de los servicios públicos.
Tanto los empresarios como los funcionarios responsables de las áreas de Turismo coincidieron en que la profundización de la devaluación del real afecta los planes de quienes suelen llegar a Córdoba desde zonas más alejadas, no tanto a los visitantes de cercanía ni de aquellos que hacen estadías más cortas. Como ya sucede hace varias temporadas, la mayoría de los visitantes llegan sin reserva previa o bien la realizan entre 24 y 72 horas antes. Las que más se anticipan son las familias.
Los precios más altos se registran los fines de semana, mientras que en general hay promociones de lunes a viernes y por más de tres noches. Villa General Belgrano, en el Valle de Calamuchita, es uno de los destinos más elegidos. Cuatro noches, entre el 6 y 10 de enero, en hoteles de categoría con pileta y desayuno en base doble (condiciones que se usan en todas las estimaciones), rondan los $500.000 y puede alcanzar $1.500.000 en un alojamiento cinco estrellas. Las cabañas para cuatro personas rondan los $500.000 en promedio.
Gabriela Cachayu, responsable de Turismo de la municipalidad, precisa que la ciudad articuló una “muy buena propuesta artística, cultural, gastronómica y de actividades al aire libre; con inversiones públicas y privadas” para consolidar el posicionamiento “de tener visitantes todo el año y no solo en la temporada de verano”. Sobre los precios, apunta que hay heterogeneidad y que “hubo un esfuerzo por actualizarlos por debajo de la inflación y ser más competitivos”.
En el mismo valle, Santa Rosa de Calamuchita ofrece precios más bajos. Los hoteleros coinciden en que las reservas todavía son escasas, pero destacan que hay para períodos de una semana, lo que no era habitual en otras temporadas.
Para distintos bolsillos
En La Cumbrecita, el único pueblo peatonal de la Argentina, las expectativas son buenas, dice su director de Turismo, Juan Manuel Busaniche. “El verano es nuestra temporada fuerte; a medida que pasan los días, se van concretando reservas, y esperamos llegar con un muy buen nivel de ocupación. La tendencia es que la definición de las vacaciones se ha dilatado y ya no se confirma con tanta previsión”, señala y agrega que los precios son “muy variados, dependientes de la categoría y servicios. La variedad nos da un amplio abanico de posibilidades según el poder adquisitivo del consumidor”. Las plataformas muestran ofertas por cuatro noches desde $320.000 a $900.000.
A comienzos de este mes, quedaron inauguradas dos autovías que facilitarán el movimiento del turismo (además de los locales, por supuesto): son la de Calamuchita, desde la ciudad de Córdoba hasta Villa Ciudad de América, y la de Punilla, desde variante Costa Azul hasta Molinari.
En Traslasierra. el valle que más crecimiento de visitantes registró en los últimos años, en Mina Clavero hay opciones desde $200.000 hasta $500.000, siempre por cuatro noches para dos personas. En San Javier la variación va desde $250.000 a $1.500.000 (con desayuno y cena). La zona es elegida por quienes priorizan el contacto con la naturaleza y un estilo de vacaciones relajado. De hecho, el ecoturismo es la principal propuesta.
Leo Rodríguez, a cargo de Turismo en San Javier, califica de “muy buenas” las proyecciones para la temporada. “Hace 30 días comenzaron las consultas por reservas y hace una semana –detalla– comenzaron a concretarse. Trabajamos con muchos visitantes de cercanía los fines de semana y los precios están muy competitivos, los empresarios no trasladaron los mayores costos a los precios al consumidor”.
En el Valle de Punilla, Villa Carlos Paz es un destino tradicional de verano. En una encuesta realizada por Booking aparece séptima entre todos los lugares y cuarta entre los nacionales preferidos por los argentinos para vacacionar entre el 1° de diciembre y el 28 de febrero. Los precios allí van entre $250.000 y $1.100.000. La cercanía con la capital provincial genera un movimiento intenso los fines de semana de visitantes por el día y, además, tiene el atractivo de la cartelera teatral. Desde la Cámara de Turismo de Carlos Paz, Andrés García admite que por la competencia más fuerte con Brasil se están “ajustando tarifas” e incluso avanzando con acuerdos con los bancos para promociones especiales.
En La Cumbre, rincón de artistas, escritores y con un perfil arquitectónico inglés, la base sube a unos $300.000 y en La Falda, ciudad más elegida por familias, hay opciones desde unos $230.000. Alta Gracia, en el Valle de Paravachasca, está a apenas 35 kilómetros de la capital provincial y ofrece variedad de posibilidades. desde hosterías por $180.000 a $1.100.000 en un establecimiento con cancha de golf.
Miramar de Ansenuza, la laguna salada cordobesa, se transformó en un destino convocante en los últimos años. “Tenemos una gran expectativa para esta temporada, estamos transitando los 100 años y pensamos que nuestro parque nacional va a traer muchos visitantes, no solo en cantidad, sino de calidad”, proyecta el intendente Gerardo Cicarelli. Los alojamientos de más nivel rondan los $500.000 por las cuatro noches.
Los empresarios hoteleros y gastronómicos son optimistas, pero cautos; hay promociones y descuentos para días de semana LA NACION