La noche del 24 de diciembre suele atiborrarse de comida, en la que cada integrante aporta lo suyo o más bien en conjunto disponen de un menú especial para la celebración religiosa. Específicamente en esta jornada y el 25 al mediodía, el cuerpo recibirá una mayor ingesta calórica de la que no está acostumbrado en el resto del año. Incluso, a una semana del festejo de Año Nuevo, el volumen de alimento acumulado será mayor aún. Por este motivo, un nutricionista desarrolló una guía para tener en cuenta antes de la cena navideña.
Si hay algo por lo que se destaca esta época del año es por el exceso en comida, y Sandra Sardina, Diplomada en Dietética y Nutrición Humana, especialista en Nutrición Deportiva y Coaching Nutricional, explicó en una charla para 3cat, según destacó el medio español Noticias de Navarra, que se deberían llevar a cabo algunos pasos previos y post para que la cena de Navidad no afecte la salud del estómago y genere pesadez.
La especialista es una férrea creyente de que la preocupación no debe centrarse en lo que se consume durante las Fiestas, sino de todo lo que se ingiere en el año. Además, hizo hincapié en que es necesario hacer ejercicio y llevar una dieta saludable rica en verduras, frutas y legumbres. Pero llegados hasta esta fecha, destacó que lo importante es ser precavidos e intentar atravesar la Navidad con alegría y en familia.
Qué tips tener en cuenta antes, durante y después de la cena de Navidad
La nutricionista destacó que uno de los mayores inconvenientes es que las sobras de Navidad se seguirán consumiendo en los días posteriores, por lo que el exceso de calorías continuará hasta la cena del 31 y allí se volverá a repetir otra vez el círculo. Por ende, no es de extrañar que en enero una persona haya subido entre un kilo y un kilo y medio de más.
La sugerencia que podría salvar a nuestro estómago y también a nuestro bolsillo, es el hecho de congelar el resto del menú hasta la Noche Vieja. Incluso, alentó a reservar los panettones, turrones y postres de maní en la alacena, ya que están hechos con nivel alto de grasa y azúcar. “Son bombas calóricas”, destacó.
En tanto, lo mejor sería ingerir las porciones de alimento que solemos consumir en la cotidianidad y no exigir al estómago a que “se atore”. Se trata de escuchar a nuestro cuerpo y entender cuándo se sació. El resto de la comida se guardará para el mediodía siguiente y a lo que sobra, lo mejor es ubicarlo en el freezer hasta la semana próxima.
Antes de la cena navideña, si se quiere, se puede optar por un menú saludable, bajo en calorías y grasas, donde abunde la verdura y la fruta, con pequeños tentempiés que sirvan como premios. Si hay ensaladas y carne, que también exista un lugar pequeño para un postre con chocolate, por ejemplo. Debe primar el equilibrio.
Además, Sandra advirtió que es vital prestar atención a las bebidas, los errores comunes pasan por comer y beber a tope. “Cuando bebemos es recomendable alternar una copa de vino con un vaso de agua. De esta manera lograremos ir más al baño y tener menos hambre”, aconsejó.
Por último, sobre las calorías recomendadas, la nutricionista española dijo: “Hay estudios que dicen que en una sola comida podemos consumir entre 2500 y 3000 calorías, que es lo que un hombre adulto necesita en todo un día. No es recomendable saltarse comidas para compensar, podemos comer una crema de verduras o una ensalada”.
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